viernes, 27 de noviembre de 2009

El joven Murillo / Museo de Bellas Artes de Bilbao

http://www.museobilbao.com/exposiciones/el-joven-murillo-3

Murillo es este señor con pinta de Velázquez a quien yo tengo manía desde pequeñito porque un empalagoso cuadro de la Inmaculada: dornaba el aula donde yo hacía que estudiaba, enmarcado entre dos preciosos retratos de Franco y de José Antonio. Trauma infantil.

Armado de tan potente prejuicio me dirigí a la exposición un miércoles cualquiera (entrada gratis) con la intención de contrastar experiencias pretéritas. Dicen que Murillo es mucho más que un pintor de Inmaculadas y San Juanitos. A ver. Allá voy.

Y allí que me encuentro rodeado de personal y calibrando, desconfiadamente, las obras juveniles del insigne barroco sevillano nacido en 1617. No sé si se habrán dado ustedes cuenta de que los estilos artísticos decadentes florecen en tiempos de crisis... Esto del Siglo de Oro se está convirtiendo en una plaga pseudoculta que tiene a la gente muy contenta. Pero basta de prejuicios, vamos a limitarnos a mirar un poco, que es de lo que se trata.

Nos encontramos con Santa Catalina de Alejandría. Esta era una egipcia tan lista y enfadó tanto al emperador que éste la quiso obligar a casarse con un sabio. Parece buen apaño, pero Cata no quiso, porque iba para mártir y santa, y la hicieron pasar sobre ruedas pinchosas. Como los pinchos se rompían por magia divina, se zanjó el asunto cortándole la cabeza. Prueba conseguida: mártir y santa. Es la patrona de los barberos, carreteros, cordeleros, traperos, escolares y estudiantes, hilanderas, molineros, notarios, nodrizas, oradores, filósofos, fontaneros, alfareros, predicadores, afiladores, sastres, teólogos, torneros… y de las solteras. Se la puede rezar mediante la siguiente oración: “Santa Catalina, ayúdame. No me dejes morir soltera. Un marido, Santa Catalina, un buen marido, Santa Catalina, antes de que sea tarde”.

Y cuento todo esto porque a menos que te distraigas mediante diversiones históricas, la exposición se me hace aburrida. Pero prometo no seguir con el rollo y ceñirme a lo pintado. A ver qué más hay.

Pues están estos Desposorios místicos de Santa Catalina, que no me gustan nada, pero que explican el porqué del rechazo al matrimonio por parte de la egipcia: es que se había casado con Dios (en forma de niño, parece ser). Ah, vale, pues por eso. Déjanos ya tranquilos, Cata. Sigamos caminando a codazos y observemos los pingües detalles.

Esta virgen con niño tiene su cosa en las miradas, ¿noverdá?

Esta Sagrada Familia en el hogar del carpintero me resulta simpática por su simplismo y sus fondos planos, un poco a lo Vázquez Diaz.

Aquí está San Agustín lavando los pies a Cristo. Lo curioso de este cuadro monumental son las palabras que surgen de la boca de Cristo. Están como en un espejo. Mira que habla raro la divinidad. ¿Se distingue?

Estos muchachos comiendo melón y uvas parece que los haya pintado el Velázquez. ¿A que sí?

Hay unos cuantos cuadros de santos en éxtasis. Son muy instructivos para los que no sabemos muy bien lo que es un éxtasis. Aquí el tal Diego nos hace una demo delante de una cruz. Sus compañeros están que flipan con el hombre porque vaya usted a saber cuánto tiempo lleva en la misma postura y con idéntico careto.

También está linda la cara de San Francisco mientras le conforta un ángel músico, pero no he encontrado el cuadro para enseñar.

José Putifar:

Anunciation

Acabemos con José tentado por la mujer de Putifar (que era un pendón y le echó la culpa al José, cuitadiño, consiguiendo que lo encarcelaran). Comparemos con las obras (no incluidas en la expo) del mismo tema de…

un tal Tintoretto:

un tal Guercino:

Archivo:Guercino Gius moglie Putif..jpg

un tal Rembrandt (chivándose la muy pelandusca):

un tal Reni:

Se observa en todo esto la típica tendencia de los artistas católicos hacia los temas truculentos, supongo que como excusa para mostrar un poco de teta y movimiento. Y basta ya de putiferios. Resumiendo, si uno no se divierte es porque no quiere. Incluso en bostezantes exposiciones de inmortales artistas del Siglo de Oro. Finalizo comentando que es muy probable (y saludable) que usted no esté de acuerdo conmigo. Incluso que me coja manía por las tonterías que digo. La manía es libre. Sobre gustos no hay nada escrito (vaya mentira). Enhorabuena y hasta la próxima.

Alberto Arzua

1 comentario:

beatriz de la quintana dijo...

seras algo de carlos de arzua. de aqui, uruguay, montvideo?.... el hubiera dicho lo que hubiera dicho pero jamas con la burla. anda, diviertete con los simson... que esos es otra flia que a tantos se nos parece. si te aburres es que no tienes paisajes dentro de ti...beatriz