martes, 8 de julio de 2014

Han matado a un hombre, han roto un paisaje - Francisco Candel

Hay libros que uno no se cansa de leer, y sobre todo que no se cansa de recomendar. Este libro, obra cumbre de Francisco Candel armó tal alboroto que a continuación tuvo que escribir otro que se tituló “Dios la que se armó”. Se lee solo. Cuando a uno le hablan de libros mediocres con gran tirada, como “Las cenizas de Ángela”, tan promocionados y filmados, se pregunta qué hemos hecho para no merecernos conocer libros como este y en cambio que nos metan por los ojos obras como esa, de segunda fila, que no le llegan a esta de Candel a la suela de los zapatos, y que además habla de otras gentes y otras culturas que nos son ajenas, no como la historia de estos niños, y estos mozos de la guerra civil y su posteriores coletazos, de toda aquella misera y aquellos hambres. Porque es una novela histórica, de nuestra propia historia, veraz, sin doblez, sin maquillajes y a la vez tan tierna y divertida de leer, os animo a leer este libro.
Este libro trata de la vida de el Grúa. No, no señor, yo soy el Gafas, a mí­ siempre me han llamado así­, pero al Grúa lo conocí­ de pequeño, bueno, desde que nació, éramos vecinos, claro que entonces lo llamábamos el Gruí­ca. El Grúa ya se llamaba el padre, que tení­a a la mujer de parto cuando se largó y no se supo más de él, se ve que no querí­a cargas, mientras la mujer estaba frescachona, bien, pero a lo que se quiso ver con el crí­o, pues eso, que se largó y no se supo más. El Gruí­ca se crió en la calle, en la calle y en el campo, que entonces todo esto de ahí­ eran campos, oiga. Bueno, en la calle nos criamos todos, el Abrán, el Martos, que tení­a otra banda y nos cascábamos, el Crescencico, el hijo el Crescencio que era de la CNT, el Raulito, todos en la calle, pero él más, porque ni al colegio fue, que no habí­a dios que lo tuviera allí­ metido, y claro, como la madre andaba todo el dí­a por ahí­ fregando casas y en mandados, quién iba a cuidar al chico. Eran otros tiempos, menos mal que pasaron. Entonces todo esto de ahí­ eran campos ¿sabe? de payeses, que tení­an vigilantes con la escopeta al hombro, para que las gentes no fueran a robarles los melones o las acelgas, y si veí­an un bulto moverse por entre las matas a la noche no reparaban en si era mozo o chico ¡pun! tiro que te crió, y menos mal si era un cartucho de sal. Habí­a mucha escasez, eso antes de la guerra, y en la guerra, luego ya no era escasez, era hambre, muchí­sima hambre, qué hambre pasamos, dios, qué hambre, que andábamos como los perros por las esquinas. Pero me parece que me voy de un lado a otro sin darme cuenta. ¿Le he dicho que antes todo eso de ahí­ eran campos? Quién nos iba a decir que ahora esto es como cualquier sitio de Barcelona, oiga. Antes se llegaba aquí­ sólo con una lí­nea de tranví­a que te dejaba cerca, y luego en el coche san fernando, esto eran, no ya las afueras, otro paí­s como si dijéramos. Aquí­ se liaron a hacer casas para tanto emigrante que vení­a de Andalucí­a y de Murcia y de Extremadura, con una mano delante y otra detrás y se creí­an que era llegar y encontrar trabajo ¡anda ya! La mayorí­a se hací­a una chabola en el monte con cuatro maderas y cartones, como buenamente podí­a, y algunos más afortunados o que llevaban aquí­ ya tiempo y tení­an la cartilla en regla, a esos les daban una casa en la colonia. Sí­ señor, era colonia del noséqué… pero todo el mundo las llamaba las casas baratas. Habí­a alguna fuente, alguna farola, algún arbolico que no prosperó, mayormente porque la gente arrancó las fuentes y las farolas para vender el jierro, y los arbolicos para leña, o porque sí­, por entretenerse. El Grúa viví­a realquilado en una habitación con su madre, con derecho a cocina, y cuando fue mayorcico y ya tení­a pelos allí­, con derecho a cepillarse a la hijica, que tení­a pocos reparos, y al fin y al cabo, como la mocica tení­a que dormir con sus hermanos en la misma cama porque no habí­a pa más, pues ya estaba bien experimentada. Qué hambre que pasemos. Que pasamos, digo. El Grúa iba con mi madre y conmigo y con alguno más al extraperlo, a comprar, o a robar por el extrarradio. Bajábamos en tren hasta donde fuera, y parábamos en los pueblos a comprar aceite y verduras. Como no te lo querí­an vender, lo robábamos, así­, si nos cogí­an habí­a que pagarlo, pero al menos tení­as algo que llevarte a la boca. Cardos y borrajas por los ribazos no habí­a ya, eso es lo primero que cayó, qué hambre, luego nos comimos… ¡todo! Aunque el Grúa, como era ratero y no conoció los escrúpulos en su vida, qué malo era, no lo pasó tan mal, siempre habí­a uno más débil que él de quien abusar. En la guerra hasta disfrutó, yo le oí­ decir que le habrí­a gustado ser mayor para poder ir a la guerra, y no un crí­o, y yo le pregunté ¿y para qué?, y qué se cree que me contestó: ¡Para matar!. Hostia, qué bruto y qué mala persona era. Pero bueno, era uno del barrio ¿sabe? uno de nosotros, un crí­o con el que nos descalabramos a pedradas y con quien compartimos mil veces el hambre y alguna el almuerzo. Cuando la guerra nos í­bamos a ver a los afusilaos ahí­ cerca, que habí­a un zanjón enorme y ahí­ los echaban, y también los mataban en las tapias del cementerio; les daban el paseo, eso hací­an, los traí­an hasta aquí­ afuera en coche y les decí­an que los iban a soltar y una vez que echaban a correr les aplicaban la ley de fugas ¡pam pam! y al dí­a siguiente los chicos í­bamos a ver cuántos contábamos, y si habí­a algo que llevarse. A los que despenaban en Barcelona los traí­an por aquí­ en carros de caballos, que iban dejando un rastro de sangre, y los chicos espantábamos a los perros a cantazos ¡luego se jartaban cuando los echaban a la zanja! hasta que les echaban la cal encima, y luego, otra capa de muertos. Un dí­a quiso ir a tirarse una muerta, que la veí­amos desde arriba y estaba desnuda y estaba muy buena, y bajó y todo, pero luego de llegar delante de ella se dio media vuelta y volvió corriendo ¡que no tení­a cabeza, decí­a, que sólo un cachico cara! ¡Qué jodí­o, si no, ese se la tira, vaya que se la tira! Luego entraron los nacionales, Franco, ¿sabe? y todo eran arribaespañas y vivafrancos y caralsoles, y como no levantaras la mano y gritaras te ganabas una hostia, y eso si eras chico, que por menos, a los mayores, los llevaban a la cárcel. Y curas, muchos curas, yo que creí­a que los habí­amos mat… que los habí­an matao a todos, pues no, salieron de donde estaban escondí­os, como personas normales que estaban algunos, y otra vez los rezos y las penitencias. Mi madre siempre fue muy santurrona, y en casa nos hací­a rezar, y nos hizo ir a la catequesis, hasta que la quemaron y robaron todo lo que habí­a dentro de valor. Pero luego cuando volvieron otra vez los meapilas al menos nos tení­an bien considerados. Aquí­ en las casas baratas fue la desbandada, to dios escapó a Francia y muchos tardaron años en volver. Vaya purga hicieron, pero entonces ya no daban el paseo, estos ya fusilaban por lo legal, con juicios y con curas y eso, pero matar, mataban lo mismo o más, pero con orden. Por entonces el Grúa ya definitivamente se metió a ladrón, qué iba a ser, sin estudios ni oficio ni beneficio… ni ganas de trabajar, esa es la verdad. Pero no un ladrón de los de ganar para salir adelante, no señor, igual robaban una tonelada de cable, que vaya lo que tení­an que sudar para arrastrarla, y luego la malvendí­an por cuatro duros y se la gastaban en cualquier gachupinada, por figurar, que al Grúa siempre le gustó mucho figurar y pretender ser alguien. Tuvo su mejor momento cuando se echó una querida que tení­a un bar, yo creí­ que ya habí­a hecho carrera con la del bar, allí­ tení­a su dinerico que no le faltaba nunca en el bolsillo, lo llevaba bien trajeao, se podí­a pasar la tarde echando unas cartas allí­ con los clientes, y si querí­a un café o una coñá, pues venga, allí­ que se lo serví­a la otra que perdí­a el culo por él. Y la tuvo que cagar, yo no sé qué querí­a que cuando mejor estuvo en la vida peor cara poní­a, como si le escociera, oiga, como si le escociera comer caliente, ir limpio y echar un polvo cada noche con una tí­a buena. Porque esa es otra ¡encima estaba buena!. Y él tuvo que dejar preñada a la Cirila, que no tení­a na, ni culo ni tetas ni na, una crí­a. Se enredó con ella y no sé qué le dio que acabó haciéndose una chabola para vivir allí­ con ella y con el crí­o, y con cuatro cartones se la hizo aquí­ al pie del monte, porque aquí­, aunque usté no se lo crea, todo esto, antes, eran campos, oiga, campos. Mal, muy mal acabó, qué quiere que le diga, como la madre, borracho, mendigo, qué pena, pero es lo que yo digo, que uno nace para lo que nace, y el Grúa cómo iba a acabar ¿eh? Pues eso.
Tomás Galindo

viernes, 21 de octubre de 2011

Cinq

Querida gente!
Cómo estamos? Cómo os tratan lasnovedades de la vida???
Este capítulo lo vamos a dedicar,siguiendo con la linea habitual, a un número indefinido deanécdotas y chorradas varias. Vamos, que continuamos con la dinámicageneral...
A ver, qué os cuento??? Bien, comopodría parecer que no tengo suficiente trabajo con mis “grandesresponsabilidades” en Ojo de Agua, me he inscrito como voluntariapara el Festival Internacional de Cine y Video Independiente enOaxaca, el cual tendrá lugar en noviembre, pero ahora nos estándando unas clases generales sobre apreciación cinematográfica,cuestiones técnicas y culturilla en general. Así que, aquí tambiénme las paso viendo películas: cortos, largos, documentales, cineexperimental.... sufriendo todo el día, vamos! Y ya con ganas de vercómo se va organizando el gran evento y definir misresponsabilidades personales... (soy una futura profesional depotencial limitado, ja!).
Entre sufrimiento y sufrimiento,llegaron Jonan y Mónica, compañeros de clase, que están haciendosus prácticas en Guatemala. Sólo se han quedado un par de días,corto pero intenso... yupi! pero la verdad es que me hace muchailusión reencontrarme con colegas, así que, a ver si os ponéispilas y os animáis a visitar a la tía Miri en su nuevo emporio!!!
Fuimos a Hiervelagua (véanse las fotosen el facebook), que es un sitio precioso a un par de horas de laciudad. Montañita en estado puro y piscinas naturales para eldeleite ya no sólo de la vista sino de todo el cuerpo... qué buenonadar un poco!!!
Y este acto ha sido lo más relevanteen cuanto a mi vida social (Moniclet y Jonathan Castor, volved a mivida!). Me estoy enranciando, muy, muy rancia (he dicho!). Bueno, oscontaré la verdad... Me he enamorado. De hecho, ha sido un flechazo,un amor a primera vista. Yo la miré, ella encendió su pantalla,mostrándome la manzana del pecado... y la tentación fue más fuerteque yo!
Milagro!
Me encanta mi nuevo juguete. Tengo unamáquina, de la cual todavía no puedo disfrutar ni un cuarto de susbeneficios (porque no sé cómo utilizarla), pero... es una MacBookPro... mi nueva herramienta de trabajo que tiene un potencialincreíble... Conocimiento, para qué te quiero? ¡Cómo me gustaríapoder estar en Matrix y que la sabiduría llegara a mí todo de tirón(el camino del aprendizaje es largo y tortuoso)....!!!!
Sumado a mi inutilidad, no puedo dejarde lado mi frustración.... sip, frustración tecnológica... O sea,que siempre la lío, ya sea por mi culpa o no, he perdido toda lamemoria de un disco duro.... más de 300 gigas con grabacionespropias, inéditas e irrepetibles, que espero sea posible recuperarpara no tener que verme sumida en un pozo de desolación ytristeza... yo sólo quiero crear y las máquinas se revelan en micontra... ay, ay, ay!!!!
Pero bueno, la nota positiva es queconservo íntegro el material necesario para una de mis nuevasproducciones, “Alternativa: Bici-máquina”, y aquí os paso ellink del trailer....
http://vimeo.com/30250678
….con la esperanza de que ya prontome instale el Final Cut y poder empezar con la edición de tannecesaria producción (juas juas).... El mundo no debería esperar más paragozar de tan suculento material... jiji.
En fin, que mi vida social ha quedadoreducida a esto, es decir, a la no vida social. Llevo unos días quesoy más feliz en compañía de un ordenador que de una persona...Espero que sea la ilusión del momento, porque esta situación nopuede ser nada buena.... tecnología, qué me has hecho???? Soy,débil, débil, débil.... muéstrame tu software, descarga, pega,copia, deshaz, crea.... una especie de semi-dios al alcance de unoscuantos privilegiados... y soy una de ellas, yuhuuuu!!!
Un ejemplo bien visible de esta apatíasocial es que el sábado pasado hubo un evento para conmemorar eldécimo aniversario de un grupo, Raíces, de “son jarocho” (ritmotradicional a base de cuerda y percusión, mayormente), coninstrumentos como la jarana (una especie de ukelele) o la quijada deburro (sí, sí... aquí se toca todo... cráneo de burro? Lo toco!Esta gente es así...) con espectáculo de “zapateado”(alternativa prima-hermana del flamenco... olé!) .... en unalocalización muy guapa, el Museo de Ferrocarril.... La genteentregada al bailoteo y al cante, y yo, para las 12 en casa... felizsiendo destrozada y humillada en mis partidas de ajedrez contra elordenador.... la mujer contra la máquina.... Soy una triste, ja! (...pero lo llevo muy bien...).
Y a grandes rasgos, hasta aquí quierollegar con esta entrega.... Espero que estéis bien, que seáisfelices y que disfrutéis a tope.
Mucho amor,
Miri

ARTÍCULO DE OPINIÓN: “¿POR QUÉ NO MIRAR DE FRENTE A LA MUERTE?

“¿POR QUÉ NO MIRAR DE FRENTE A LA MUERTE?” – HOMENAJE A MI ABUELO, RECIENTEMENTE FALLECIDO. Octubre 2011

Me resulta muy curioso y, cuando menos, digno de comentario, un hecho que observo a mi alrededor estos últimos días a raíz del doloroso fallecimiento de un familiar. De mi abuelo materno, en este caso. Máximo Rollán. Máximo “el pregonero”. Noventa y tres años de vida a sus espaldas. Capeándolos con coraje y con arte torero. Con la cabeza siempre alta. Un titán…

Hablo del hecho concreto de cómo el ser humano elude, a toda costa, hablar de la muerte. Y no hablemos ya de afrontarla. Palabras mayores.

¿Por qué todo ese velo oscuro y enrarecido con el que envolvemos el hecho de morir? ¿Por qué todo ese dramatismo exacerbado y ese sufrimiento desgarrador ante la muerte?

Entiéndanme. A lo que me refiero y lo que me llama poderosamente la atención es el hecho en sí mismo. ¿Por qué tanto miedo a mirar de frente y con aplomo a un hecho, el de la muerte, tan desgraciadamente cotidiano como natural y para el que habríamos de estar preparados y mentalizados desde el minuto uno de la vida? MORIR: Un hecho irrebatible e incontestable. El resto; TODO y absolutamente TODO lo demás en nuestras existencias es en gran parte relativo y voluble, arbitrario y ambiguo. Todo puede ser verdad o mentira. TODO. Excepto una única certeza indiscutible. Que nos espera la muerte…

¿Acaso no será entonces contraproducente para el alma la no asunción de que este camino incierto que es la existencia tiene fecha de caducidad? ¿Y para más inri que esa caducidad y ese final acechan a cada momento, sin saber muy bien ni cómo, ni cuándo, ni dónde…?

Quizás la respuesta sea el miedo o la incertidumbre angustiosa del no saber a dónde vamos, o que será de nosotros después del último aliento…

¿Pero acaso esa especie de anestesia dulcificadora que nos autoaplicamos para arrinconar en lo más hondo de nuestras conciencias el amargo final, no es sino un mecanismo que agrava ese drama que ya supone en sí mismo el saberse mortales? Pan para hoy y hambre para mañana. Uds. lo saben igual que yo.

Entiéndanme. Me meto en el saco. Yo solo soy otro más de aquellos que padecen el dolor y la angustia en el estómago y en el alma antes la muerte; cuando un ser querido se va. Yo también siento y padezco. Como el que más. A mí también, de hecho, se me acabará el chollo y me moriré igualmente algún día. Como ustedes que me leen. Toquen madera y llámenme ave de mal agüero si lo desean, pero es una realidad más grande que un templo. Lo saben igual que yo. Mientras ven el telediario, mientras conducen; paseando por la calle o en la cama de un hospital…Se nos parará el corazón, padeceremos un cáncer, tropezaremos fatalmente en la montaña o plegaremos de este mundo por un macabro y jodidamente original capricho del destino de esos que lucen en la página de sucesos del periódico del tipo: “Les cae un rayo mientras paseaban por el bosque de Oma”, “Ama de casa se resbala accidentalmente en la bañera y se desnuca” o “Joven va paseando por la Gran Vía de Bilbao una plácida tarde de verano y se le cae encima un pedazo viejo y con muy mala baba de marquesina de hormigón. En el minuto y segundo perfectos para dejarle seco”… Todos son casos reales.Jodidamente reales.

Estos días son de ese dolor y ese luto en mi familia. Por el ser que se nos fue.

Al sol de la tarde...

Al sol de la tarde...

Que dejó de compartir con nosotros esta vida de carne y hueso. Del que no podremos escuchar más anécdotas de la guerra civil o aprender más lecciones de vida; del que no podremos aprender solo con observarle, y sin que él nos lo haya dicho nunca con palabras, lo que son valores, hoy en desuso, como la honestidad, el sacrificio; la dignidad…Al que no podremos darle más besos ni más abrazos, ni colocarle bien la txapela torcida; ni chincharle para que sacara el genio…

Ese dolor lo entiendo y lo sufro igualmente. Claro que me da pena que no seamos todos inmortales, con vidas eternas felices y placenteras; pero también soy muy consciente de que eso sería vivir en los mundos de Yupi, además de, dicho sea de paso, soberanamente cansino y aburrido…Negar la mayor. Pan para hoy y hambre para los restos, como decía antes.

Yo también lo sufro; pero no soy gilipollas, señores. Sé que no puedo escapar a mi destino y que mi gaznate también tiene los días contados. Aunque me toque los cojones el hecho de marras…Pero ojo señores; y quédense si quieren con esta reflexión final: solo morirán mi carne y mis huesos. Nunca mi alma ni mis pensamientos. No. A eso me niego. Ni la mía ni la de mi abuelo. Que era, por cierto, tan enorme como su corazón inmenso… No. A eso me niego… Todo eso pervive en algún lugar desconocido.Lo sé…Lo siento…

Descansa pues en paz, abuelo, y disfruta de ese lugar que te has ganado y donde estarás descansando ahora con la abuela y con todos los tuyos. Ese lugar en el que volveremos a vernos algún día, más tarde que pronto, espero… Descansa en paz chiquillo viejo, posa tus alas cansadas en los pétalos del cielo…Te quiero…

ONE DAY


Título: One Day (Siempre el mismo día) Título original: One Day País: USA, Reino Unido Estreno en USA: 19/08/2011 Estreno en España: 14/10/2011 Productora: Universal Pictures Director: Lone Scherfig Guión: David Nicholls Reparto: Anne Hathaway, Jim Sturgess, Patricia Clarkson, Romola Garai, Georgia King, Sarah Jane O'Neill, Rafe Spall, Jodie Whittaker, Jamie Sives, Ken Stott Calificación: No recomendada para menores de 7 años Sinopsis:
Emma (Anne Hathaway) y Dexter (Jim Sturgess) se conocen la noche de su graduación en la universidad, el 15 de julio de 1988. Emma es una chica de clase trabajadora con principios y ambición que sueña con mejorar el mundo. Dexter es en un donjuán acomodado que sueña con convertir el mundo en su sala de juegos.Durante los siguientes 20 años, vemos cómo su amistad se debilita o se refuerza con el paso del tiempo. Conocen la inmensidad de la vida a través de la risa y del romance, del dolor y de la alegría. Y en algún momento de su viaje, descubren que lo que buscaban y esperaban siempre había estado al alcance de la mano.
Notas de producción:
- Basada en el best seller del mismo nombre escrito por David Nicholls.

"IX CONCURSO NARRATIVA PARA ESCOLARES RAMON RUBIAL"

LA FUNDACION RAMON RUBIAL/RAMON RUBIAL FUNDAZIOA, HA CONVOCADO A TRAVES DE TODOS LOS CENTROS ESCOLARES DEL PAIS VASCO, EL IX CONCURSO DE NARRATIVA PARA ESCOLARES RAMON RUBIAL.

TEMAS:
DEMOCRACIA, IGUALDAD, TOLERANCIA, LIBERTAD Y SOLIDARIDAD.

IDIOMAS:
CASTELLANO O EUSKARA.

EDADES:
CUENTOS ESCRITOS POR JOVENES DE 8 A 16 AÑOS.

FECHA LIMITE DE ENTREGA DE LOS TRABAJOS:
16 DE ENERO DE 2012.

PARA MAS INFORMACIÓN
94 476 38 11, acano@ramonrubial.com...